Por Raul Serebrenik G. y Perla Sultan de Serebrenik.
Desde hace algunos años, hemos venido concentrando nuestros estudios e investigaciones en las Empresas Familiares longevas (Empresas Familiares que continúan dentro de la familia por varias generaciones). Empresas Familiares centenarias o Dinastías Familiares Empresariales, algunas con más de doscientos años de existencia y que siguen siendo controladas por los descendientes del fundador. Si vemos el panorama general en el mundo este tipo de empresas son la gran minoría.
Japón se caracteriza por tener el mayor número de Empresas Familiares de este tipo. País en el que se han contabilizado más de 1.140 Empresas Familiares longevas, muy por encima de las cifras en Alemania (856), Países Bajos (240), Austria (167) entre otros (Toshio Goto 2006).
El promedio de vida que mantienen las Empresas Familiares japonesas es de 52, casi el doble del promedio de las de Estados Unidos y en otros países del mundo donde es de 24 años.
Si bien son pocos los estudios realizados sobre las Empresas Familiares Japonesas. Los existentes destacan una serie de factores transversales comunes que han permitido su continuidad por largos periodos de tiempo, entre estos factores cabe mencionar algunos de mayor relevancia:
Emprendimiento en las nuevas generaciones
Si bien una de las problemáticas usuales de las Empresas Familiares Longevas radica en que la gerencia se mantiene en cabeza de una persona por periodos más largos que el promedio de las empresas no familiares y se aplican estilos conservadores de gestión, sacrificando elementos de innovación, en las Empresas Familiares Longevas Japonesas se impulsa el emprendimiento de las nuevas generaciones y se propende por la adaptación a las nuevas realidades del entorno económico.
Hoy en día nos atreveríamos a decir que el ritmo de cambio que requiere toda organización sea o no sea familiar es mucho más acelerado que en décadas pasadas.
Las crisis de los últimos años igual han cobrado algunas víctimas, incluyendo también a la Kongo Gumi, la Empresa Familiar más antigua del mundo de origen japonés, con más de 1.400 años de existencia. Llegó a tener miembros de la familia que la dirigieron por más de 40 generaciones con unas características dignas de ser estudiadas e imitadas.
Compromiso de los empresarios japoneses con su país
Otro de los elementos fundamentales que denotan la gran mayoría de los estudios sobre la longevidad de estas empresas es la dimensión espiritual, lo que llamo yo, el capital espiritual. Sin duda alguna en la filosofía japonesa, el deber y la obligación de los empresarios con su país, con su pueblo, con su comunidad y con su religión son elementos críticos y fundamentales de la generación de ese compromiso con el legado familiar, donde se le da la relevancia casi como si fuera un asunto de seguridad nacional.
Estas empresas cuentan con varios elementos dignos de admiración y de ser incorporados hoy más que nunca en las constituciones familiares de nuestros empresarios como el respeto y la devoción a la generación mayor, la planificación para la longevidad y continuidad del negocio a muy largo plazo , la armonía familiar, la paciencia como elemento diferenciador (no solo refiriéndose al capital paciente), la beneficencia discreta y probablemente el elemento que más me llama la atención y que subrayo por presentarse en todas las Empresas Familiares Japonesas longevas, es la evocación de las antiguas generaciones o a los ancestros, solicitando su bendición desde el más allá, y por sobre todo, el ejercicio que han hecho para proyectar la familia, la empresa y el país hacia las nuevas generaciones.
Como en la mayoría de las economías del mundo las Empresas Familiares japonesas representan un enorme porcentaje de su tejido empresarial y probablemente son las mayores generadoras de nuevos empleos, vemos como la nación japonesa resurge con una mayor fuerza a pesar de sus vicisitudes en este momento de desastres naturales, por lo que es muy importante ver cuál ha de ser el papel que juegan las Empresas Familiares en esta tarea de reconstrucción de una parte importante del país.